martes, 23 de febrero de 2010

ronda de testigos

“Vi cuando Bussi mataba a garrotazos a dos personas”

Lo dijo Domingo Jerez, un ex soldado conscripto del Ejército, quien aseguró ayer frente al Tribunal Oral Federal que fue testigo de cómo el ex gobernador de facto Antonio Domingo Bussi mató a garrotazos a dos hombres en Timbó Viejo. También develó que en su rol de chofer del Ejército lo obligaban a juntar nafta y gasoil en bidones para quemar los cuerpos de las víctimas que eran arrojadas en el monte tucumano. “Ví cuando le pusieron una escopeta en la vagina de una mujer embarazada”, relató entre varios hechos aberrantes de esa época.
Domingo Jerez, como ex soldado conscripto del Ejército, tuvo una misión macabra: mezclar la nafta y el gasoil en un bidón para quemar los cuerpos de las víctimas de la última dictadura en el monte tucumano. “A mí me hacían sacar la nafta y el gasoil en bidones para la quema de los ‘fiambres’, así le llamaban a los cuerpos. Si no lo hacíamos, nos mataban y pasábamos por guerrilleros”, reveló ayer el testigo frente a los jueces del Tribunal Oral Federal, Carlos Jiménez Montilla, Gabriel Casas y Josefina Curi, en el marco de la cuarta jornada del juicio oral y público por la megacausa de la ex Jefatura de Policía.
En su relato más relevante aseguró que vio al ex gobernador de facto Antonio Domingo en calidad de asesino. “Bussi siempre andaba por los centros clandestinos y una vez lo vi matar a dos hombres a garrotazos en Timbó Viejo”, aseguró. El testigo, propuesto por la abogada querellante Laura Figueroa y ANDHES, precisó que ingresó al Servicio Militar Obligatorio en 1976 en el Regimiento 19 de Infantería y allí permaneció durante 16 meses.
Entre los hechos aberrantes que le tocó vivir, contó que en una operación de combate conducía un camión del Ejército en el que trasladaban, de Caspinchango a Santa Lucía, a dos hombres torturados que fueron fusilados mientras eran arrojados desde el vehículo, con las manos atadas. “Los llevaron al monte, cavaron un pozo, le prendieron fuego y los taparon”, detalló al especificar que eso ocurrió a 5 kilómetros de Caspinchango. “También nos hacían pegar culetazos en la cabeza de los detenidos, obligándolos a que digan “viva Perón”, relató y recordó que una de esas víctimas era el ‘Gringo’ Quinteros.
También contó que participó de algunos allanamientos nocturnos que se realizaban en aquella época. “Ibamos después de las doce de la noche, pegaban un tacazo en las puertas y sacaban a las personas que dormían en sus casas”, detalló al recordar que las órdenes provenían de Bussi y tenían que ser acatadas por los jefes de las bases militares, que en su caso particular, era el teniente coronel Valdiviezo.
Los operativos macabros también tenían su blanco en las mujeres embarazadas. “Había varias embarazadas en el dispensario de la base militar de Caspinchango y después las llevaban al centro clandestino de Nueva Baviera. A una de ellas le pusieron un fusible en la vagina; decían que era la esposa de un guerrillero”, recordó.
Además, reveló que, mientras conducía el camión del Ejército, vio cuando explotó una bomba en una ambulancia militar en la que iban soldados y médicos, entre los que figuraba Toledo Pimentel. “Creo que fueron los mismos militares los que habrían puesto la bomba en la ambulancia, porque minutos antes había reconocido a un soldado, vestido de civil, escondido entre los yuyales”, señaló el hombre, oriundo de Alpachiri.
Después de su testimonio, Jerez le ratificó al fiscal general Alfredo Miguel Terral que presenció violaciones de domicilios, torturas, secuestro de personas, asesinatos y la quema de los cuerpos de los desaparecidos.

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